Enemiga de nuestros vasos y nuestros electrodomésticos, la cal presente en el agua del grifo tiene mala reputación. ¿Es legítima esta reputación? ¿Comporta riesgos para la salud? ¿Se puede eliminar la cal del agua fácilmente?
Waterlogic analiza la situación.
”El control sanitario del agua de consumo humano es un objetivo prioritario de la salud pública. Las Directivas europeas y la legislación nacional están destinadas a garantizar que el agua de consumo sea salubre y limpia, eliminando o reduciendo la concentración de contaminantes microbiológicos y físico - químicos que puedan afectar a la salud humana. "
Contrariamente a la creencia popular, la cal en el agua del grifo no tiene nada que ver con el estado de las tuberías o con la eficacia de las plantas de tratamiento de agua, sino que se debe al nivel de dureza del agua de la región.
La cal es una sustancia natural compuesta principalmente por calcio y magnesio cuya concentración varía en función de la dureza del agua local. Un agua es más o menos dura según su nivel de mineralización, el cual depende del tipo de rocas que tienen contacto con el agua desde su origen a la llegada a nuestra boca. Por lo tanto, la cal se encuentra en el agua del grifo y también en algunas botellas de agua mineral.
Aunque los sedimentos de cal en nuestra agua no sean siempre agradables, ni a la vista ni al gusto, estos no representan riesgo alguno para la salud de las personas. Al contrario, pueden incluso ser beneficiosos, ya que contribuyen a nuestra aportación diaria de calcio.
Por esta razón, la dureza del agua no está legislada, ni a nivel nacional, ni europeo.
Si bien no comporta riesgos para nuestro organismo, la cal puede ser agresiva para la piel y provocar picores o resecamiento en las pieles sensibles. Un agua dura puede debilitar el cabello o quitarle brillo.
Quizás quieras eliminar la cal del agua por razones estéticas, de sabor o dermatológicas. Si vives en una región en la que el agua es muy dura, la cal puede convertirse fácilmente en una pesadilla en la cocina o en el baño. Bajo los efectos de la calor, la cal se convierte en sarro, un sedimento que deja restos blancos en las canalizaciones, los recipientes de vidrio y los electrodomésticos que calientan agua, como por ejemplo, lavadoras, cafeteras y lavavajillas. Estos últimos se debilitan a causa del sarro, el cual cubre su resistencia y provoca un consumo excesivo de energía para poder llegar a la temperatura deseada, y por tanto, aumenta el riesgo de averías.
Para más información sobre la concentración de cloro en el agua de tu grifo, puedes contactar con la Consejería de de Sanidad de tu Comunidad Autónoma, con la empresa de aguas que gestiona el suministro de agua en tu municipio, con el propio municipio, o bien a través del acceso al ciudadano en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo - SINAC.